La Organización Mundial de Aduanas (OMA) y la Unión Europea (UE) unen sus fuerzas para hacer frente al desafío que representa la delincuencia organizada en América Latina y el Caribe y en África Occidental y Central.
El nuevo proyecto COLIBRI (Vigilancia y Control de la Aviación General en la Ruta de la Cocaína), ejecutado en el marco del Programa de los Flujos Ilícitos Globales financiado por la UE, se dirige específicamente a la Aviación General (AG), un vector que afecta a todas las operaciones de la aviación civil con fines distintos del transporte comercial.
Aunque la mayoría de los aeropuertos civiles están abiertos a la AG, muchos aeródromos secundarios no están sujetos a tasas de administración, de aterrizaje o de estacionamiento, ni a restricciones o controles de funcionamiento. Además, la aviación general no está sujeta a los mismos mecanismos de inspección policial o aduanera, y las medidas de seguridad de los vuelos se relajan sustancialmente, incluso en zonas muy reguladas. Esto significa que la AG representa una oportunidad para el crimen organizado y ofrece una serie de ventajas a los traficantes. Se trata de un modo de transporte discreto y rápido, que puede utilizar los aeropuertos más pequeños en los que a menudo no hay fuerzas de seguridad.
El proyecto COLIBRI está concebido para ayudar a afrontar el reto de mejorar la seguridad en este canal específico, que es sensible tanto en términos de tráfico como de seguridad, así como por razones fiscales.
La Organización Mundial de Aduanas es la encargada de poner en marcha el proyecto COLIBRI.